jueves, 1 de septiembre de 2011

Destino de gloria y muerte, toros y arte


Video. Telemadrid

"Ajustada la taleguilla, no roza ni el aire en el destino que apremia, mientras el torero piensa como llegará al cielo. Camina despacio, mirando de lado, y entre suspiros del alma se acerca a su destino. Cita a su enemigo, ese fiel y noble amigo, que viene presto al encuentro con el destino. Destino de gloria y muerte. El que caiga hoy brindará por la noche por el otro. El aire acaricia la vida y la muerte. Se huele... amor, amistad y amargura. Se mira y se ve. Entra en distancia, y el temple deja que la magia salga a relucir..."

Es un fragmento que incluiré en una novela que estoy escribiendo, y vamos casi a mitad de la faena. Y mi particular homenaje a los toros hoy, que se le reconoce desde la LEY lo que cualquiera que lo aprecie sabe. Los toros son un ARTE. Eso sí, en esta vida hay muchas plazas en las que plasmar el arte.


El Boletín Oficial del Estado del 31 de agosto ha publicado el Real Decreto nº 1151/2011, del Ministerio de Política Territorial y Administraciones Públicas, que da forma jurídica al traspaso a Cultura de las competencias taurinas que hasta ahora tenía el Ministerio del Interior. Por ello, desde hoy todos los asuntos taurinos dependen del Ministerio de Cultura. Se hace así efectiva la petición de los toreros especialmente. Pero el decreto también deja la puerta abierta a que sean las comunidades autónomas las que tengan la capacidad de decidir, por lo que queda en el aire que puedan prohibirlas a su antojo.

Lo más importante es lo simbólico, la razón que se aduce oficialmente para todo esto: proclamar que la tauromaquia es «una disciplina artística y un producto cultural». Y que es oportuno defenderla «en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta». Esto es lo que argumentan desde cualquier ambiente taurino.

Este Decreto, que entra en vigor a partir de hoy establece que "la Administración del Estado pueda adoptar medidas destinadas a fomentar y proteger las actividades a las que se refiere dicha ley, en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros (...) sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas". En el texto se señala que "entendida la tauromaquia como una disciplina artística y un producto cultural", las competencias del Estado en orden a su fomento y protección "tienen su correcta ubicación en el Ministerio de Cultura".

Asimismo se traspasan al Ministerio de Cultura las funciones que hasta ahora detentaba el Ministerio del Interior, respecto a "la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos" y a los registros de profesionales taurinos.

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