lunes, 14 de febrero de 2011

Madre, angustia, hijos... las mellizas siguen sin aparecer


Video. Telemadrid

Es la angustia en estado puro. Una madre en vilo porque no tiene certeza alguna. Sus hijas mellizas podrían estar muertas. Pero también podrían estar vivas. Y producirse el milagro, que su padre, ex pareja, no las hubiera envenenado finalmente. Esa angustia, es un dolor de muerte en vida, aseguran los psiquiatras. Es el "sadismo" del padre la tumba de la madre. Injusticia es lo que define ese egoismo. Ojalá que se produzca el milagro, y una leve pista, lleve a la localización de las pequeñas con vida. Una vida plena, que sólo les pertenece a ellas.

La madre de las dos mellizas suizas desaparecidas hace dos semanas, la italiana Irina Lucidi, está sobrevolando parte de la isla francesa de Córcega con los investigadores que intentan encontrar a Alessia y Livia. Siguen la ruta de un viaje que realizó con su ex marido. No pierde la esperanza de encontrarlas con vida.

La policía francesa, acompañada por investigadores suizos llegados este fin de semana, rastrea Córcega en busca de cualquier elemento que permita dar con el paradero de Alessia y Livia Schepp, las mellizas suizas de seis años secuestradas hace dos semanas por su padre antes de que este se suicidara el pasado 3 de febrero. La madre de las niñas, la italiana Irina Lucini, llegó ayer a la isla donde viajó Matthias Schepp, el padre, con las niñas para ayudar en la búsqueda. Pese a que este dejó por escrito haber matado a las pequeñas , la familia se niega a perder la esperanza y reiteró ayer su llamamiento al testigo que dijo haber visto a las niñas en la localidad italiana de Ascoli Piceno.

El rastreo se centra en el itinerario de un crucero efectuado por la familia en 2008 antes de que los padres se separaran, hace unos meses, por lo que la policía baraja la posibilidad de que Schepp hubiera hecho un recorrido similar, empujado por la nostalgia de aquel viaje.

"Se lo suplico, llame a la policía, incluso en caso de duda o si los datos le parecen ínfimos", declaró Lucini a la prensa desde el aeropuerto de la capital corsa, donde llegó por la mañana acompañada por su hermano. La madre de las niñas desaparecidas el 30 de enero en Saint Sulpice, en el cantón suizo de Vaud, viajó hasta allí a petición de los investigadores, donde estuvo sobrevolando la isla.

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