sábado, 16 de enero de 2010

Nacer, desde un barreño. Haití me duele.


Estremece, duele, hiere mi alma... Es sólo una de las instantáneas que nos dejará el drama. El drama de vivir en un lugar y no en otro, el drama de haber nacido más pobre que los pobres. Y aún así, este pequeño ha tenido la lotería de su lado. A salvado una vida que le pertenece a él y a su destino. Un día verá esta foto, y pensará que qué suerte no acordarse de nada... Sus lágrimas secarán parte de una tierra maldita. Al menos él podrá tener memoria. Esa misma que deberá tener occidente para ayudar con nobleza, y no para fotos de tristes "talantes". A esos últimos, les deseo el pozo de la pesadumbre de su descastada alma para siempre. Que se jodan los de las fotos para sonrisitas vacías. Mis tripas me lo piden así...

Foto:AP

1 comentario:

  1. Efectivamente, hay que mirar. Hay que ir más allá de la vista. Más allá incluso de la piel. Más allá de lo evidente. Lo que tú logras en este post.
    Gracias por tu sensibilidad.

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