lunes, 22 de marzo de 2010

La celda 211, y sus inquilinos


Lo siento, pero más vale tarde que... hasta ayer no la ví, pero ha merecido verla en buena compañía, que es como más se disfrutan las cosas. Es muy grande el personaje de "Malamadre". No queda claro si es por su supesta mala leche, o por lo mala que era su madre con él, pero lo cierto, es que es todo lo contrario. Tiene más valores y honestidad que muchos supuestos héroes de bien. Es el antihéroe, hecho héroe de verdad. Se entristece nostálgico cuando recuerda que en algún lugar tiene un hijo, pero que "ojos que no ven"... Pero no duda en cumplir con sus rutinas y verdades carcelarias. Es tierno, como la carne cruda. Real como la vida tras las rejas. Pero además de ese personaje que borda una vez más Tosar, hay un amplio grupo de personajes con mucha intensidad. Con pasión y corazón, se intuyen buenas historias detrás. Es la lucha de lo bueno con lo malo, que aquí se antoja al revés. Los malos son los buenos, y los buenos, los crueles que venden a su madre para salvar el pellejo, y mantener la cara ante la opinión pública. Es la vida misma, en la mierda hay verdad, y en la apariencia oscuridad. Olé por una obra española de tanta cartegoría. Refrendada antes por los Goya, que por una vez han acertado. Lo dicho, Olé sus hue....

3 comentarios:

  1. Muy bueno Tosar-Malamadre, muy bueno Ammann-Juan Oliver... muy buena película... y muy buen post.
    La cruda realidad. Lo bueno contra lo malo. Y me da la sensación de que gana lo malo.

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  2. sí, pero en la pelí, los malos son los buenos, así que en cierta manera ganan...
    (gracias por tu comentario)

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  3. No, porque gana el malo del Apache -que es malo, malo, malo malote- y ganan los malos de los politicastros. Y ganan los malos de los etarras -que no hace falta que te diga lo malos malísimos que son-.

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