Pues eso, que de vez en cuando tengo ataques de poeta desde hace muchos, muchos años... y salen a borbotones muestrillas de ello. Para el que le guste, que lo diefrute, y al que le guste menos, que al menos le conmueva.
Es la mirada,
que duele huerfana
y hermana
de la mar salada.
Es el reflejo
del ojo
en la pupila
que hace temblar
aún sin animar.
Es el calor
en la nieve con fundonor
amor y terror
terror y amor.
Es la brisa de una tarde pasada
cansada y desanimada
que se escapó
por la cascada
del tiempo eterno...
Es la gota
que se unió
a otra gota.
Me gusta mucho el final. "La gota que se unió a otra gota"...
ResponderEliminargracias guapa, ya sabes que son pequeños milagros de cada día, que suceden, incluso con despistes... ;)
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